Por Fabián Alejandro Garcés F. Estudiante de Biología marina-Universidad del Valle
He aprendido que a GRANDES
EXPECTATIVAS – GRANDES DECEPCIONES. Ese tipo de situaciones te hacen pensar en
reconsiderar tus cosas. Mi vida siempre estuvo llena de momentos y personas
inolvidables, pero no todo ha sido felicidad.
Siendo apenas un adolescente tuve mi primera
experiencia sexual, y allí se detonó una especie de bomba, se desató una
adicción extrema por las mujereºs que durante mas de 10 años me llevó a lugares
inimaginables, así como también me ha hecho sentir cansado física, moral y
emocionalmente. Trataré de explicar lo más trascendental de tales experiencias
a continuación.
A los 17 años empecé una relación con
una chica de 15. Estuvimos juntos durante 7 años, tiempo durante el cual me la
pasé jugando al policía y al ladrón, siendo yo el ladrón de muchos momentos y
sentimientos, no solo de mi pareja, sino de muchas otras mujeres inocentes de
mis bajos instintos, de mis malas intenciones. En ese proceso, hice daño a
muchas personas, incluido yo. Pero como entre cielo y tierra no hay nada
oculto, al final todo salió “mal” y mi pareja después de muchas desilusiones
tuvo el valor de decir NO MÁS y me dejó. No fue fácil aceptar la realidad, pero
entendí que mi conducta no había sido justa con ella en lo absoluto, así que me
llené de valor y la deje partir. Llegué a pensar que era la historia de mi
vida, pero no fue así. Hoy en día está acompañada de alguien que parece
valorarla y luce feliz, y me siento bien por eso.
Después de perderla, seguí en la misma
tónica, solo que esta vez no tenía que esconderme de nadie, estuve viviendo mi
“libertad” durante un par de años y me parecía que todo estaba “bien”. Conocí
muchas mujeres y disfrutaba lo que hacía, pero sentía que algo me faltaba. El vacío
interior era tal que buscaba llenarlo seduciendo a la mayor cantidad de mujeres
posible. En ese proceso un día cualquiera conocí a una chica, de nombre Andrea,
muy joven, dulce y con algo especial, algo que me empezó a cautivar.
Al comienzo mis intenciones eran las
mismas de antes: entrar, hacer lo mío y después salir. Pero algo extraño empezó
a suceder en mi: empecé a sentirme extremadamente atraído por esa persona, y no
solo por su belleza física, sino por la grandiosa forma de ser conmigo y con
los demás, una nobleza evidente, algo poco frecuente hoy en día. Me fue
enamorando rápidamente y tenía miedo de aceptarlo. No quería renunciar a mi
vida de Don Juan, no quería una relación. Pero a fin de cuentas me dejé llevar
por el corazón y disfruté cada instante a su lado durante un año. Esos momentos
junto a ella han sido los más hermosos de mi existencia, nunca antes me sentí
tan “feliz”, la sensación de bienestar era enorme. Tenía planes y sueños con
ella, pero como dije antes: a GRANDES EXPECTATIVAS – GRANDES DECEPCIONES. Un
día cualquiera resbalé y cometí un error, del que me arrepentí inmediatamente
después. Pasaron varios meses hasta que por cosas de la vida, por no atar bien
los cabos la verdad salió a flote y toda la ilusión que había creado en mi
mente se desvaneció. Hoy sufro la pena de su ausencia, ya han pasado varios
meses y cada día que pasa la amo y la extraño más, y en esta soledad entiendo
lo valioso que es el respeto y el perdón hacia uno mismo y hacia los demás.
Cuando empecé con Andrea
lo hice porque sentía que al fin tenía el corazón libre aún así tenía miedo, me
había acostumbrado a la vagancia y no quería renunciar a todo, no fue fácil, pero
ahora me siento diferente he madurado y quemado ciertas etapas aunque todo lo he conseguido pagando un precio extremadamente
caro: por no hacer bien las cosas perdí lo más preciado que tenía, perdí todo pero
también gané todo, gané experiencia, ahora soy una mejor persona, cada vez
menos perfecto pero cada vez mas humano.
Tan solo quisiera decir a
los hombres que como yo alguna vez pensé, consideran que son muy machos si
tienen mil mujeres y una vida llena de tormentas, sabiendo que HOMBRE es quien
tiene una y la mantiene contenta. Y a ustedes mujeres divinas, criaturas
hermosas, CREACIÓN DE DIOS, valórense y háganse valorar, para que hombres como
yo alguna vez fui, nunca abusen de su nobleza y amabilidad y sepan ganarse su
cariño y amor.
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Me parece muy interesante escuchar a nuestros compañeros hombres que hablan desde sus experiencias de vida y confrontando esas visiones impuestas de masculinidad. FELICIDADES
ResponderEliminarhaz parte de nuestra sección historias del día a día, una muestra de ello...gracias Alejandro por compartir tus reflexiones, confrontando la masculinidad impuesta, forjando una masculinidad mas humana, mas real.
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