sábado, 26 de enero de 2013

ATAQUES CON ÁCIDO: NUEVA FORMA DE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES


Quería compartir algo que me parece justo debatir y que me inquieta como ciudadano, tanto porque en mi entorno inmediato tengo mujeres que son el centro de mi vida, así como las que están presentes en nuestra sociedad como constantes creadoras de País, semejantes que me definen y que en su seguridad encuentro la propia y la familiar.

Los ataques paulatinos y crecientes a las mujeres con ácido deben ser una cosa que preocupe a la sociedad colombiana, pero debe preocupar más la poca relevancia que se le ha dado, parece más atractivo e interesante la novela entorno al caso Colmenares; la violencia hacia las mujeres no puede seguir naturalizándose en nuestra cotidianidad, es un asunto que compete al Estado como una institución a la que todas y todos pertenecemos.

Escuchando las noticias es notable la poca importancia que se le da al tema, o el desconcierto que está causando, precisamente porque lo respectivo a las mujeres no se ha estudiado más allá de la academia en lo que compete a lo gubernamental, ahora la culpa es de los dispendios de sustancias químicas, me pregunto dónde está la autoevaluación oficial, de la que tanto mofan al pedir calidad institucional; esas acciones no son más que el resultado de un Estado androcéntrico que no se preocupa por crear políticas públicas para la protección e inclusión de la mujer de manera efectiva.

No sé qué es más triste, si la insensatez de los administradores públicos frente al tema o los que lo utilizan como catapulta política y lo Perfilan como el futuro para atraer votantes. Las políticas de protección a la mujer aunque son una forma de discriminación positiva, producto del pensamiento conservador que ha causado grandes infamias en el desarrollo del Estado, deben salir de los grupos de mujeres que se han organizado para hacer valer sus derechos, desde la perspectiva que siempre ha guiado los movimientos feministas y es el de la construcción de alternativas para todas y todos, así como abrieron las democracias participativas desde la lucha social, tanto de manera micro como de los grandes movimientos, se deben asegurar las secretarías de la mujer como un inicio próximo que garantice políticas públicas verdaderamente prácticas y útiles, un buen inicio no sólo progresista sino institucionalizado, con miras a un Estado donde nos podamos definir unánimemente como seres humanos. En ese sentido, estamos a la espera que ONUMUJER no sea otra farsa mediática de la diplomacia que enmascara el monopolio del poder. Es decir un organismo que sirve para todo menos para lo que se creó.
 Daniel Hurtado Ospina.
Licenciado en Historia, 
Especialista en Gerencia de Instituciones Educativas.
Teléfono: 3173538493

martes, 15 de enero de 2013

Reflexionando Sobre el Racismo



Por: Faber David Angulo S. Sociólogo-Universidad del Valle

Al abordar un articulo como éste puede que el lector tome de entrada una actitud prevenida frente a su temática, sin embargo ello también puede incitar a tomar posición sobre un problema que parece no estar tan visible y al mismo tiempo no ser tan fácil de abordar, pero sí sugerir una pregunta tan simple como: ¿Qué es el racismo? Desafortunadamente no se podría contestar de una manera tan contundente, pero al menos se pueden dar elementos claves para su comprensión, sobre todo en una sociedad como la nuestra.
El racismo es una práctica social enraizada en la historia de las sociedades latinoamericanas desde su constitución, puesto que ello implicó la clasificación por razas que hicieron los colonizadores blancos al atribuirse la superioridad sobre los demás grupos étnicos –indígenas, africanos- para constituir su dominio, atribuyéndole a dichos grupos, características de anormalidad e inferioridad en términos culturales, sociales y económicos. Es una relación social específica que se basa en la discriminación de los sujetos por el color de piel, imputándole características de inferioridad en todos los aspectos de sus vida; este tipo de relación expresa en buena medida las desigualdades y diferencias a partir de la forma cómo la sociedad clasifica a sus miembros racialmente (características fenotípicas de las personas) a todos sus miembros y cómo los organiza jerárquicamente para mantener un domino, quedando en el más bajo nivel quienes son considerados inferiores por pertenecer a un grupo racial definido.
En América Latina se constituyó de acuerdo a las formas de reproducción ideológica que construyeron las elites, al proponer una sociedad homogenizada a partir de la raza, con ciertas condiciones históricas que hicieron parte de los grupos raciales considerados minorías. De manera,  que negros e indígenas siempre estuvieron en lo más bajo de la pirámide social por ser diferentes fenotípicamente y poseer prácticas culturales distintas frente al resto de la sociedad, pero además porque el grupo dominante tuvo la necesidad de mantenerlos allí para conservar sus dominio.
Aquí es clave el aporte de Anibal Quijano en su texto “Colonialidad del Poder y Clasificación Social”[1] donde se plantea que la sociedad occidental impuso un orden social que estructuró relaciones de poder y dominación basadas en unas formas especificas de ser lo que llamaría sistema-mundo-moderno-capitalista-colonial donde se validan una sola forma de ser combinado, de manera que el ideal de esta sociedad está caracterizado por ser blanca, heterosexual, cristiana, adinerada, entre otras, y lo que no es así, debe estar aislado ó en su defecto en lo más bajo de la pirámide social.
Ahora bien, lo interesante es que el racismo empieza a tomar sentido desde lo que se puede entender como estigma social. Ello no es otra cosa que, una condición necesaria para jerarquizar la sociedad de acuerdo a prácticas que tienen algunos grupos minoritarios, cuando no logran tener un espacio social que les dé un reconocimiento de sus particularidades. Esto tiene que ver con el hecho de no permitir desarrollar relaciones sociales más cohesionadas porque se ven algunas prácticas como algo que representa una especie como de anormalidad frente al resto de individuos y grupos, ya que la diferenciación es bastante marcada.
Por eso el estigma es un distintivo de algunos grupos, debido a que la sociedad los relaciona con cuestiones culturales y sociales que son consideradas de forma nociva, más aun cuando existen diferencias de lenguaje y formas de organización social propias de estos grupos en el ámbito familiar ó cotidiano. Ya en el terreno de lo público el estigma funciona muy bien para establecer las principales formas de aislar y delimitar la relación con los demás grupos puesto que logra mantener una idea de ellos que a la vez logra ser interiorizada y reproducida por quienes llevan este distintivo, sin importar la reafirmación de su identidad y comportamientos.
Visto de esta manera se puede decir que los grupos étnicos socialmente diferenciados se les atribuye características de comportamiento por parte del resto de la sociedad, bien sea por una supuesta historia como grupo que al tratar de ser identificado solo se hace mediante estos aspectos y siempre se les aparta, podría entonces afirmarse que el estigma es una situación estrechamente relacionada con la discriminación pues al haber esta -si es que no es primero- porque crea y reproduce unas ideas acerca de individuos ó grupos y a partir de ahí se les considera inferiores y así mismo se les asigna sus roles. Por ejemplo, a los indígenas se les consideró por mucho tiempo personas con comportamientos salvajes solo por el hecho de no vestirse, hablar y relacionarse socialmente con los demás grupos como dice la sociedad que deben ser las personas civilizadas, lo cual ayudó a configurar unas ideas acerca de ellos para luego discriminarlos lo que supuso una alta jerarquización en la sociedad, con los indígenas en la parte más baja, inclusive hasta en lo cotidiano, lo que terminó por justificar ciertas agresiones por parte de algunos sectores a la vez que estos empezaron a sentir pena por sus costumbres, o sea que ser indígena se había convertido en sinónimo de bajeza e inferioridad.
El racismo es entonces una práctica que sigue siendo parte de las sociedades latinoamericanas siempre mantuvieron la idea del racismo de diferentes formas, aun sabiendo lo complicado que resulta unir a todos los miembros que la conforman. Esto quizás como estrategia de dominación pero también de aislamiento de los grupos raciales minoritarios, sin embargo aparecen situaciones complejas que expresan la diferenciación marcada en estos términos, lo que supone un conflicto constante que lleva a desdibujar el racismo en momentos cruciales de su devenir histórico. El racismo se esconde bajo un sofisma de la igualdad que ostenta el orden jurídico –como el colombiano- que no alcanza a ver las formas como se representan los sujetos desde una perspectiva étnica y los que es más complicado, es la forma tan sutil y cotidiana como se mantiene a pesar de las conquistas que otorgaron nuevos escenarios de discusión y participación en dinámicas mucho más elaboradas de inclusión y desarrollo social.


  



[1] Quijano, Aníbal. Colonialidad del poder y clasificación social, en El giro Decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global, Pontificia universidad Javeriana-Instituto Pensar. Siglo del Hombre Editores.

martes, 8 de enero de 2013

CARICATURA PARA LA REFLEXIÓN

Hola a tod@s nuestros lectores y amig@s, esperamos que las festividades de fin de año hayan sido gratificantes y que lleguen a este nuevo año con todas las pilas puestas, de nuestra parte, retomamos nuestro trabajo de reflexión, difusión, critica y sensibilización sobre la problemática y la construcción de género (individuo-familia-sociedad) con influencias de los mass media y la educación, al igual que nuestras historias del dia a dia con aportes de nuestr@s colaboradores, hemos incorporado algo sobre racismo y homosexualidad como elementos transversales. Empezamos nuestra primer sesión del 2013 con la caricatura Silicon del dibujante aficionado Hoomont, esperemos les guste.

Hoomont 2012- Hoober Montoya; Instrumentista y Tecnólogo en Automatización Industrial Sena Cali. Valle.