viernes, 7 de diciembre de 2012

¡Verguenza! Juguete machista


A propósito de estas fechas, queremos compartir con nuestros lectores una reflexión acerca de los regalos de navidad que se les dan a las niñas. 

El juguete que intenta comprar es un juguete machista, un juguete que perpetúa estereotipados roles de género y la discriminación que éstos conllevan. La industria del juguete crea productos diferentes para niñas (aquellos relacionados con el mundo del hogar, el cuidado y la moda) y para niños (los que aluden al espacio público: deporte, construcción, guerra, etc.), mostrando como natural algo que es una construcción cultural: la arcaica separación del mundo femenino y masculino. La diferenciación escrupulosa que realiza la publicidad entre público infantil femenino y masculino, no es más que una estrategia de marketing de las grandes empresas para asegurar sus beneficios.

Los juguetes transmiten una ideología conservadora, dañina y, en muchas ocasiones, obsoleta. No es “natural”, ni mucho menos “inevitable”, que las niñas jueguen a prepararse para ser madres amorosas y mujeres atractivas. Tampoco está en la biología de los niños el canalizar su energía compitiendo con sus compañeros, luchando por imponerse o jugando a conquistar tierras y matar a sus habitantes.

Desde pequeñas, las niñas interiorizan como destino último el convertirse en objeto de deseo para la mirada masculina, imitando la  imagen hípersexualizada de las muñecas de moda. Los juguetes femeninos ofertados confinan la imaginación entre las muros del hogar (la elección versa sobre qué se cocinará o cómo se vestirán), mientras que en los masculinos se expande hacia mundos lejanos y fantásticos.

El imaginario sexista que promueven la mayoría de los juguetes se consolida mediante toda una serie de dispositivos materiales (colores, formas y tamaños divergen en función del género destinatario del producto) y simbólicos (por ejemplo, el lenguaje utilizado para publicitar juguetes femeninos es dulce y tierno, utiliza diminutivos y expresiones amorosas). Incluso, aquellos juguetes que parecen no estar dirigidos a un género en concreto, como los puzzles, suelen contar con su versión femenina.

Además de la división de roles, los niños y niñas aprenden la distinta valoración que la sociedad hace de ellos: todo lo relacionado con “lo femenino”, en este caso los juguetes para niñas, es desvalorizado y relegado a un segundo nivel, por detrás de lo “masculino”. Por ello, en ocasiones las niñas se integran en los “juegos de chicos” (normalmente desempeñando un papel secundario o de aprendiz) pero muy raramente sucede al contrario (y en los casos en que sí, el niño sufre un fuerte rechazo social, al fin y al cabo su “feminización” supone una bajada de estatus). Es fundamental no reproducir aquellas atribuciones de género que desembocan en desigualdades futuras.

¿Cómo vamos a crear una sociedad igualitaria educando a las nuevas generaciones con juguetes discriminatorios y sexistas? ¿Cómo extrañarse de los trastornos de alimentación en adolescentes si pocos años atrás jugaban con barbies esqueléticas e irreales? ¿Cómo quejarse de la violencia juvenil si los padres regalan a sus hijos armas de juguete y refuerzan lo bien que las utilizan? ¿Cómo intentar relaciones igualitarias si las niñas aprenden a ser objetos pasivos y deseables? La peor barrera a la que se enfrentan los hijos no es la marcada por sus características físicas, sino la delimitada por los estereotipos culturales de sus progenitores.

Los juegos de hoy, son los comportamientos de mañana.

Fuente: http://juguetemachista.blogspot.com/

3 comentarios:

  1. Pero lamentablemente en el mundo de la publicidad es eterna esa diferenciacion, sino mirá las propagandas de desodorante Axe, por solo dar un ejemplo

    Por suerte, mi conciencia esta limpia, comprando autitos y pelotas y herramientas para mi hija.
    Aunque admito que jamas compraría una muñeca para mi hijo. Que dilema!!

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    1. Bueno lo importante es que ya te lo estas cuestionando, sí es cierto que gran parte de la publicidad sigue estos patrones, porque suelen reproducir lo viejo, pero también hay experimentos de publicidad no sexista, los hemos publicado en este blog también.
      Lo que me deja pensando respecto a no comprarle una muñeca a tu hijo es que quiza inconscientemente estes reproduciendo ese parámetro de que las niñas se superan al acceder a los juguetes "masculinos" en tanto los niños se rebajan si descienden a los juguetes "femeninos". Es importante destacar que el contacto con muñecas permiten en el infante desarrollar un sentimiento de cuidado por el otro u otra.

      gracias por escribirnos.

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  2. Quizás habría que elegir otro tipo de muñecas, como la Goldie Blox... www.goldieblox.com (y que conste que no me llevo porcentaje ni tengo acciones de la empresa)

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